En este artículo, botellas sensoriales ¿sí o no? pretendo dar mi opinión acerca de este recurso tan atractivo y tan usado por parte de escuelas infantiles y familias.
Índice
¿Qué son las botellas sensoriales?
Para aquellos/as que no lo sepáis (aunque habéis visto la foto) las botellas sensoriales son, básicamente, recipientes cerrados y rellenados de distintos materiales (añadiéndole agua o no). Podemos encontrar infinidad de marcas por internet que las venden y también muchos sitios web de «cómo hacer botellas sensoriales». Se trata de un recurso muy muy atractivo y visualmente bonito.

¿Realmente es un material que responde a las necesidades del bebé/niño/a?
Desde mi opinión, no. Antes de realizar estas botellas sensoriales le di muchas vueltas, ya que creo que elaboramos esta propuesta porque nos gusta a nosostros y nosotras, al menos cuando son bebés y niños/as pequeños/as. Cuando son más mayores si que puede ser una buena propuesta y dinámica la de crear
¿Eso es malo? No, creo que está bien reconocerlo. Obviamente, ningún bebé que aún no habla, te va a pedir las botellas sensoriales… jiji Cuando son más mayores, si que puede ser una buena propuesta y dinámica la de crear este material con la participación de los niños y niñas. (A partir de los 4 o 5 años, depende de cada niño/a o grupo clase).
¿Es un material imprescindible?
Creo que, por lo menos en la crianza minimalista, ningún material es imprescindible y tampoco ultra necesario. Las botellas sensoriales tampoco lo son. Son muy bonitas, son atractivas visualmente pero no es el material que más posibilidades de juego ofrece al bebé (desde mi punto de vista ¿Por qué?:
- No es manipulable 100%: el material que ponemos en el interior no se puede manipular. El bebé tiene atracción hacia las botellas porque ve que se mueve algo en el interior, aunque no lo puede coger. Pasa algo similar con los móviles que se cuelgan de la cuna… ven que rueda algo pero no lo pueden manipular. Para los bebés es importante manipular y poder captar las propiedades del material con las manos. Es su modo de conocer el mundo (por eso no ponemos manoplas).
- Suelen pesar: a no ser que hagamos mini botellas sensoriales, las que he elaborado yo pesan bastante y el bebé tiene dificultad para cogerlas.
- No es un material abierto: no hablo de las cualidades del recipiente, sino que no son como las anillas que no tienen una función concreta y es un material desestructurado. Las botellas sensoriales las podremos girar tantas veces como queramos pero el material solo irá de arriba a abajo, no ofrece ninguna posibilidad más. Al final, suele aborrecer y se olvidan.
Como añadir las botellas sensoriales para que sea un material útil
Aunque parece que sea un artículo demonizando las botellas sensoriales no es mi intención (jeje), simplemente tienen aspectos positivos y otros que me chirrían.
En el acompañamiento que realizo con G decidí añadir, durante un tiempo, este material para ver qué sucedía y si mi opinión de las botellas sensoriales cambiaba. Saqué estas conclusiones acerca de cómo añadirlas a su juego:
- Añadir como complemento al material desestructurado: decidí añadir este recurso al juego de G, ya que es un bebé que siempre juega y experimenta con material desestructurado, es decir, que como complemento estructurado o cerrado puntual no lo veía como algo negativo. Otro caso hubiera sido un bebé que de por sí solo juega con juguetes cerrados que no dan opción a manipulación. En este segundo caso, no hubiera ofrecido las botellas y directamente hubiera añadido alguna anilla, flaneras, cadenas…
- Evitar dar instrucciones del uso de las botellas: ya que se trata de un material con un objetivo claro, que suba y baje lo que hay dentro de la botella, es interesante no darle instrucciones de «mira lo que hace», «hazlo así» o directamente hacerlo tu en vez de él para que se fascine. Aunque hay muchas formas de jugar con los bebés, en esta web nos basamos en juego y movimiento libre.
- Dejar el material a su alcance: en mi opinión, y esto no lo dice ningún experto, me parece que es buena idea que si ofrecemos las botellas las dejemos algunos días a su alcance en su zona de juego. Puede que, a medida que las vaya explorando y conociendo sus propiedades realice un juego diferente al día anterior. Por ejemplo, un día puede que solo las sacuda y al día siguiente las haga rodar por el suelo.
- Dar tiempo: aunque sea un material cerrado, creo que es interesante que cuando pongamos a su alcance permitamos que estén un buen rato observando. Por ejemplo, G, primero, se quedó super «parado» al verlas y tardó algunos minutos en empezar el juego propiamente dicho.
¿Qué tipo de juego realiza con las botellas?
En mi caso, solo había observado una vez un aula que tenían botellas sensoriales pero creo que ya había pasado esa atracción por el material o propuesta y apenas jugaban. Así que las ofrecía en plan «novata total» y sin estar muy convencida de ello (como si estuviera ofreciendo un material que no debo jajaja…)
Fases que realizó G al colocar las botellas a su alcance, en orden
- Observar: primero de todo, como os he dicho antes, hubo un período de observación de las botellas, en plan: «esto que es».

- Realizar la primera toma de contacto: luego empezó a intentar conocer el material que le estaba ofreciendo acercándose con el dedo índice. Él, normalmente, la primera toma de contacto con un material nuevo (o cualquier cosa) la hace con el dedo índice.

- Agarrar con la palma de la mano: cuando ya pudo comprobar que el material era sólido y la textura que tenía, agarró la botella, por el tapón, con la palma de la mano.

- Derribar: una vez ya la tenía bien cogida la derribó y se quedó tumbada.

- Cogerla con las dos manos: una vez estaba la botella en el suelo, la cogía con las dos manos, con dificultades, ya que pesan.

- Sacudir: cuando la tenía bien cogida con las dos manos, sacudía la botella para que el material interior se moviese… (Este punto no me lo esperaba, tengo que decirlo).
- Tirar al suelo y hacer rodar: por último, cuando ya no le interesaba más, la tiraba en el suelo y la hacía rodar por el suelo hasta que chocaba con la pared, la iba a buscar y vuelta a empezar.
Estas fases las realizó con cada botella. Eso sí, siempre que estuviesen de pie. Cuando se la encuentra tumbada en el suelo solo realiza las últimas 3 fases.